La utilidad de estos dispositivos ahorra mucho dinero a los conductores, pero su legalidad genera cierta confusión.
Cualquier tecnología que ahorre problemas a los conductores en el seno de la seguridad vial siempre es bien recibida. Sin embargo, no todo vale a la hora de dotarse de los mejores equipos y dispositivos en el interior del habitáculo. Un ejemplo claro de la certeza de ello lo representan los detectores de radares, cuya legalidad genera confusión entre los conductores. Por ello, conviene explicar qué son exactamente y si está permitido llevarlos a bordo.
Qué es un detector de radares
Un detector de radares es un dispositivo electrónico de carácter pasivo y cuya utilidad reside en localizar la presencia de dichos elementos que monitorizan la velocidad de los vehículos y saber que están ahí. Esto supone un gran beneficio para los usuarios, ya que le facilita reaccionar a tiempo y evitar exponerse a multas por pisar el acelerador más de lo permitido.
Concretamente, rastrea el espectro electromagnético en el que están presentes los radares que vigilan las carreteras. Su aspecto es compacto, lo que a veces exige una instalación dentro del coche para mantenerse colocados, pero en otras no la necesitan al ser portátiles. Dicho esto, hay quien puede confundirlo con un avisador de radares, otro dispositivo muy presente en nuestros días, pero que no es lo mismo.
Qué es un avisador de radares
Un avisador de radares es un aparato tecnológico que puede ser físico o digital cuya utilidad también está en acompañar al conductor en el interior del coche. No obstante, su tarea es avisarle de la ubicación exacta de un radar fijo o de tramo, mostrándole el punto geográfico exacto en el que se encuentra sin interferir en lo que controla el cinemómetro.
Además, puede incluirse en GPS portátiles, integrarse en el navegador del coche y en aplicaciones de mapas para smartphones, como Google Maps.
Entonces, ¿es legal llevar un detector de radares?
Como un detector de radares interviene en el buen hacer de estos rastreando el espectro electromagnético y, por tanto, condiciona el trabajo de las autoridades para gestionar el tráfico de las carreteras, está totalmente prohibido llevarlo a bordo. No en vano, incluso puede avisar al conductor de la presencia de un radar móvil controlando la velocidad, aportándole una información que no procede de una fuente oficial.
En caso de llevarlo, el usuario se enfrenta a una multa económica que puede alcanzar los 200 € y que incluye la pérdida de tres puntos en el permiso de circulación, tal y como lo indica la Ley de Tráfico del 21 de marzo de 2022.
De todas formas, la DGT publica todos los datos y la información que concierne a la localización de los radares, por lo que el conductor que quiera anticiparse a ellos lo puede hacer legalmente.