Cinco son los países europeos que solicitan parar el veto al coche de combustión.
Ya se conocía el caso de Alemania e Italia, pero a la oposición de la prohibición de los vehículos nuevos con motor de combustión a partir de 2035 se han sumado países como Bulgaria, Polonia y Hungría, además de organismos como ACEA, la principal patronal europea de la industria de la automoción.
En junio del año pasado el Parlamento Europeo aprobó la propuesta que la Comisión Europea planteó en 2021 sobre el veto a la venta de coches y furgonetas con motor de combustión a partir de 2035. Desde ese momento, la oposición frente a esta decisión no ha parado de crecer, y ya son cinco países miembros de la Unión Europea los que han decidido unir sus fuerzas contra dicha iniciativa y buscar alternativas que permitan posponer esa medida restrictiva, pensando no solo en el sector del automóvil, sino también en los usuarios. De este modo, la transición hacia una nueva forma de movilidad podría ser más progresiva y lo menos costosa posible.
UNA SITUACIÓN PROTAGONIZADA POR LA INCERTIDUMBRE
Desde que Alemania e Italia anunciaran su clara disconformidad con dicha prohibición, a la que algunos sectores tachan de interesada por el enorme peso que tienen ambos países en la industria, otros estados miembro, como Bulgaria, Hungría y Polonia, también se han pronunciado para anunciar su claro rechazo ante acatar el plan con el fin de lograr que sea frenado.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se reunió hace unos días en Berlín con el canciller alemán, Olaf Sholz, con el objetivo de buscar un consenso que ponga fin a la situación de incertidumbre en una industria que torna hacia la movilidad eléctrica, tal y como se marca desde Bruselas. Junto a esta problemática, la libertad de movimiento de los usuarios europeos también se ha puesto en jaque por limitarse la movilidad a un tipo de vehículo en concreto que, en ocasiones, resulta caro y difícil de recargar para un amplio porcentaje de la población.
Tal y como comentó Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, en la última edición del Congreso Faconauto, celebrada los pasados 1 y 2 de marzo: “La aceleración artificial del proceso de descarbonización que se está promoviendo desde la UE, apoyado por el Gobierno, corre el serio peligro de polarizar el mercado de la automoción con una minoría que sí puede acceder a las nuevas tecnologías y una mayoría que, por su nivel económico, se tendrá que conformar con seguir conduciendo vehículos viejos y contaminantes”.
