Según una investigación realizada por RAC, los conductores dependen más del vehículo particular tras la pandemia.
La pandemia de la COVID-19 ha generado nuevos retos y complicaciones para los distribuidores. Sin embargo, no todo es negativo. También ha abierto la puerta a datos realmente positivos para el concesionario. Uno de ellos es el aumento de peso del coche particular en el ámbito de la movilidad privada. Según una investigación de RAC, que recoge Car Dealer Magazine, la dependencia de los conductores al coche particular está en su nivel más alto en 15 años.
En concreto, cuatro de cada cinco (82%) asegura que sería un problema para él no tener en la actualidad acceso a un vehículo. Si se compara con años anteriores, vemos que este porcentaje es el más alto desde 2006. En 2020 la cifra era del 79% y en 2019 apenas llegaba al 74%.
Pero, ¿para qué consideran indispensable los conductores el uso del vehículo privado? Por ejemplo, cuando se trata de visitar a amigos y familiares, el 68% elegiría el vehículo privado por la distancia que hay hasta el punto de llegada. Por otro lado, alrededor del 57% aseguró que el coche privado es su primera opción porque es más rápido que otras opciones, y porque el transporte público no es opción factible.
La investigación también demuestra que los conductores de las zonas rurales tienen más probabilidades de depender del automóvil (87%) que los habitantes de ciudades y pueblos (77%).
Un crecimiento en detrimento del transporte público
Al mismo tiempo que aumenta el uso del vehículo privado, crece la actitud negativa de los usuarios hacia el transporte público. De hecho, alrededor del 45% espera viajar menos en transporte público en el futuro como resultado directo de la pandemia.
“Muchos conductores esperan claramente que el trabajo híbrido se convierta en la norma. Lo que podría tener un efecto profundo en el volumen general de vehículos en las carreteras durante la semana. También está claro lo importante que es el automóvil para los usuarios, una relación que parece haberse fortalecido debido a la COVID-19”, explican desde el RAC.
“Si el desafío al que se enfrentaron los legisladores para sacar a los conductores de sus coches antes de la pandemia era similar a subir una colina empinada, nuestra investigación sugiere que ahora tienen una verdadera montaña que escalar”.