A la hora de comprar un vehículo, el color es una de las principales características que los consumidores tienen en cuenta después de la marca y el modelo.
Según un estudio de iSeeCars.com, el color es uno de los factores que afectan principalmente a la depreciación de un vehículo. En concreto, el amarillo y el naranja son los que mejor conservan el valor, al contrario que los populares como pueden ser el blanco, el negro y el plateado. En este último caso, no afectan al valor de la venta de un coche, pero tampoco son de ayuda a la hora de mantener el valor del vehículo.
El color amarillo es el que mejor conserva su color y se deprecia un 70% menos que el promedio de vehículos. Por norma general, este color suele verse en automóviles de tipo deportivos y otros de bajo volumen. Es decir, el amarillo es uno de los menos populares del mercado, pero el idóneo a la hora de hacer reventa de un coche.
La reventa de un coche marcada por el color
Además del amarillo, el color naranja es otro de los que mejor mantiene su valor. Sin embargo, este es más novedoso y cada vez es más común encontrarlo en vehículos populares de edición especial con producción limitada. En el lado opuesto, nos encontramos con los colores dorado y marrón que son los que sufren la depreciación más alta y cuentan también con una baja cuota de mercado.
Normalmente los consumidores apuestan por vehículos en color blanco, negro, gris o plateado porque a los demás les gusta, tal y como señala Karl Brauer, analista ejecutivo de iSeeCars.com. Pero, en lo que respecta a la depreciación no suponen una ventaja o inconveniente a la hora de calcular el valor de reventa de un coche con estos colores.
En definitiva, la elección del color para cualquier vehículo es importante no sólo a nivel estético, sino a la hora de calcular el valor del coche. Un aspecto muy útil para los concesionarios y su negocio de VO; y para los usuarios que quieren entregar su antiguo coche en la compra de un nuevo vehículo.