Un tributo que se paga en el ayuntamiento en el que se encuentre inscrito el vehículo y cuya cuantía es diferente en cada localidad.
Nos encontramos inmersos en la época de pago del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, conocido como impuesto de circulación, y que deben pagar todos los vehículos en el municipio en el que se encuentren inscritos, una tasa que deben asumir los propietarios sea cual sea el tipo de motor y que varía en cada ayuntamiento, ya que en cada localidad tienen potestad para fijar sus tarifas.
Este impuesto está relacionado con la potencia fiscal del vehículo, que no es la misma que la potencia real declarada en la ficha técnica, la única relación existente es que se paga en proporción a la potencia de su motor, es decir, que los más potentes pagan más.
Los vehículos sostenibles
Los automóviles con etiqueta CERO también tienen que pagar este impuesto, aunque cuentan con una serie de bonificaciones, según el ayuntamiento. En el caso de Madrid los eléctricos 100% y los híbridos enchufables poseen una bonificación del 75% en la actualidad. Por su parte, en Barcelona, esta reducción se extiende durante los cinco primeros años de matriculación. En el caso de Valencia un mismo propietario solo podrá contar con este descuento en uno de sus vehículos.
En el caso de aquellos que portan la etiqueta ECO cuentan en Madrid con una bonificación del 75% durante los seis primeros años a contar desde su matriculación; en Barcelona es del 50% mientras sus emisiones de CO2 no superen los 120 gramos; Valencia, por su parte, otorga un 30% de descuento mientras que las emisiones sean inferiores a 95 gramos.