Casi la mitad de los camiones en circulación en España tienen más de 15 años, lo que multiplica las exigencias sobre la red de mantenimiento industrial
Mientras el sector de la automoción acelera su transición ecológica, el segmento del vehículo industrial avanza con una carga creciente sobre sus espaldas: la de un parque rodante que envejece sin freno. Según el Informe de Ideauto sobre el parque de vehículos en España 2024, la edad media de los vehículos industriales en circulación ha alcanzado los 15,1 años.
Más preocupante aún, el informe señala que el 31,6% del parque industrial tiene más de 20 años, lo que representa un aumento del 1,6% respecto al año anterior. Este fenómeno no es menor. Supone un impacto directo y creciente sobre el sector posventa, que ve cómo la carga de trabajo en mantenimiento correctivo se intensifica, mientras los márgenes operativos se reducen por el desgaste generalizado del parque. Los talleres de vehículos industriales, así como los concesionarios que integran servicio posventa, se enfrentan a una tensión constante: mantener en circulación flotas con ciclos de vida más largos y tecnologías menos eficientes, sin comprometer la fiabilidad de los vehículos ni los estándares medioambientales.
Según el Estudio Trimestral de AERVI – 1T 2025, este contexto ha contribuido al crecimiento del 6% en la demanda de recambios y servicios de posventa en lo que va de año. Pero lejos de ser una buena noticia en sí misma, este aumento responde, en buena parte, a la necesidad de intervenciones más frecuentes y complejas sobre unidades muy por encima de su vida útil recomendada.
La falta de incentivos estables y estructurados para renovar el parque agrava la situación. Frente a programas de renovación dispares o con cobertura territorial limitada, las empresas de transporte optan por prolongar la vida útil de sus vehículos. Esto obliga a los concesionarios y talleres a asumir un rol cada vez más técnico, complejo y diversificado, con demanda de mano de obra cualificada, herramientas específicas y formación continua.
El informe de AERVI advierte también del riesgo de una “crisis silenciosa” en la posventa: si no se moderniza el parque, los costes de mantenimiento seguirán creciendo, los ciclos de reparación serán más largos, y los riesgos de ineficiencia se trasladarán a toda la cadena logística.
La conclusión es clara: la renovación del parque no es solo una cuestión de sostenibilidad o emisiones, sino una necesidad estructural para garantizar la viabilidad del ecosistema industrial que gira en torno al vehículo pesado. Si no se actúa con decisión desde las políticas públicas y el sector privado, los talleres no podrán seguir conteniendo la presión de un parque cada vez más viejo, más exigente y más costoso.