Se trata de un paquete verde presentado por la Comisión que implica, entre otros cambios, la obligación de que todos los vehículos nuevos sean 0 emisiones en 2035.
Europa quiere acelerar la transición hacia la descarbonización. El sector de la automoción ya ha mostrado su compromiso en esta transformación, sin embargo, cree que las propuestas de la Comisión Europea en el Fit For 55 son extremadamente cuestionables. De hecho, se auguran importantes impactos a nivel de empleo que se desprenden de las reacciones de los distintos países.
Por ejemplo, desde Alemania indican que el cambio de ritmo en los objetivos medioambientales va a ser complicado de cumplir, especialmente en los proveedores. De hecho estiman que esta nueva legislación podría tener un impacto importante para el empleo. La patronal de fabricantes de Alemania (VDA) estima que este adelanto en la transición provocará la pérdida de 178.000 empleos en Alemania hasta 2025.
Por su parte, en Francia, la Plataforma del Sector Automovilístico también ha elevado la voz tras conocer la propuesta de la Comisión Europea. En su caso, prevén una destrucción de un máximo de 150.000 empleos en el país en el peor escenario posible.
Lo cierto es que hasta las propias estimaciones de la Comisión Europea prevén que se produzca destrucción de empleo debido al adelanto a 2035 de la prohibición de vender coches diésel y de gasolina. Creen que esta decisión llevará consigo la destrucción de hasta 84.000 empleos hasta 2040 en todo el continente.
Las iniciativas que más afectan al sector de la automoción
Emisiones de CO2 de turismos y furgonetas
En estas propuestas existe una ambición mayor que en la ley española de Cambio Climático, aprobada recientemente, que establecía el horizonte en 2040. Se dispone que las emisiones de los vehículos disminuyan un 55% a partir de 2030 y un 100% a partir de 2035. Esto quiere decir que a partir de 2035 todos los nuevos vehículos matriculados serán cero emisiones.
Además, se recoge que se modificará la metodología de medición de las emisiones y que se presentará una nueva normativa europea de emisiones de vehículos:“Euro 7”.
Combustibles alternativos
Se exigirá a los Estados miembros que amplíen la capacidad de carga en consonancia con la venta de vehículos de cero emisiones y que instalen puntos de recarga y de repostaje a intervalos regulares en las principales autopistas. Cada 60 km para la recarga eléctrica y cada 150 km para el repostaje de hidrógeno.
Fiscalidad
Armonizar la fiscalidad de los productos energéticos. Se prevé cambiar la imposición por volumen por un gravamen en función de la carga energética de cada combustible. La consecuencia es que la gasolina o el diésel soportarán un gravamen de 10,75 euros por gigajulio, mientras que la recarga con electricidad tendrá una tasa de solo 0,15 euros.