Un reciente informe de la consultora McKinsey analiza 3.500 empresas especializadas en los ámbitos de la conducción autónoma, conectividad, electrificación y movilidad compartida, centrándose en diferentes tendencias intersectoriales
Las nuevas tecnologías suelen generar gran entusiasmo al principio, pero a menudo no logran mantenerse relevantes o cumplir con las expectativas. En el sector de la movilidad, que está experimentando una rápida transformación debido al crecimiento de los vehículos eléctricos (EV), la conducción autónoma y otras innovaciones, es especialmente complejo identificar cuáles serán las tecnologías que despuntarán o prever el ritmo al que se producirá esta transición.
Para comprender mejor el potencial de una tecnología, es importante examinar los datos como patentes, investigaciones, niveles de inversión y tasas de adopción. El Consejo de Tecnología de McKinsey sigue este enfoque en su reciente informe anual que analiza las innovaciones con impulso en diversas industrias. En su último estudio, se analizan 3.500 empresas especializadas en los ámbitos de la conducción autónoma, conectividad, electrificación y movilidad compartida, centrándose en diferentes tendencias intersectoriales. En esta línea, se revela que alrededor del 20% de las empresas analizadas están trabajando en productos relacionados con dichas tendencias, con un enfoque particular en la inteligencia artificial aplicada.
Estas tecnologías transformadoras de la movilidad incluyen la conectividad avanzada, la inteligencia artificial aplicada, la computación en la nube y de borde, y la realidad inmersiva, entre otras. La inteligencia artificial aplicada lidera estas tendencias, seguida de cerca por la conectividad avanzada y la computación en la nube. Se observa un aumento en la inversión en inteligencia artificial aplicada, puesto que las empresas buscan automatizar procesos. De hecho, se espera que esta represente más del 30% de los gastos de capital de las empresas en los próximos cinco años.
En cuanto a la implementación de la inteligencia artificial aplicada, las empresas enfrentan desafíos que incluyen la gestión del cambio, la organización y la gestión de riesgos. Para capitalizar estas tendencias tecnológicas, las empresas deben realizar cambios significativos en su estrategia, organización, gestión de riesgos, así como en la adquisición de talento especializado, tecnología, datos y procesos.
