Un análisis realizado por McKinsey muestra cómo este proceso de cambios podría crear nuevas oportunidades de negocio en todo el mundo.
El sector de la movilidad es un motor de la economía global. Cada año genera billones de dólares y riqueza en distintos puntos del mundo. Ahora, el transporte se enfrenta al reto de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Un desafío que llega con la aparición de diversas tecnologías que lo facilitan como los biocombustibles, las baterías eléctricas… McKinsey ha analizado las implicaciones económicas de esta transición y los distintos retos y oportunidades que se establecen en el sector de la automoción.
La consultora señala que lo que es un hecho es que se van a producir importantes cambios en el sector. Ante ellos, la industria debe transformarse para adaptarse a la nueva realidad. El informe de McKinsey señala las siguientes oportunidades para las empresas en toda la cadena de valor del automóvil.
- La adopción de la electrificación abrirá la puerta a la fabricación de baterías y celdas de combustible para vehículos eléctricos. Así como a la producción de los materiales necesarios para fabricar estos componentes esenciales.
- Las oportunidades también llegarán por la parte de infraestructura de recarga. Los distintos actores de la cadena de valor deberán posicionarse en este sentido facilitando la carga de los futuros nuevos vehículos. Y no solo se habla de los puntos físicos sino también de soluciones digitales que integren la nueva infraestructura y ayuden al cliente.
- La llegada de la micromovilidad también generará opciones a los actores del sector.
Aprovechar cada reto y controlar los costos
Para McKinsey será fundamental que el sector aproveche las oportunidades, de forma rápida, que vayan apareciendo y administre eficientemente los costos. Señalan que en este nuevo escenario los riesgos están relacionados con la falta de productividad y en las respuestas que no están coordinadas.
Aprovechar estas oportunidades y administrar los costos y riesgos asociados con la transición probablemente requerirá respuestas coordinadas por parte de las partes interesadas. Desde la investigación creen que los actores de la automoción ya se están adaptando a esta transición invirtiendo en innovación, buscando nuevos socios, exigiendo respuestas coordinadas al sector público… Tampoco se olvidan de la formación de los profesionales actuales, un riesgo que se convertirá en oportunidad si se trabaja en la recapacitación y el conocimiento.
La ruptura de la barrera del precio
Por otro lado, McKinsey indica que en el escenario Net Zero 2050, se producirá la ruptura de la barrera del precio. Estiman que después de 2025 en Europa y después de 2030 en Estados Unidos, el costo total de propiedad de los vehículos eléctricos para pasajeros será menor que el de los vehículos de combustión. Otro factor que se presenta como una oportunidad para los concesionarios ya que la venta de este tipo de vehículos se democratizará.