El desarrollo de una infraestructura de transporte adecuada promueve mayor productividad y crecimiento económico.
De entre todos los factores implicados en el impulso social y económico, las infraestructuras destinadas al transporte son fundamentales para expandir el comercio minorista y promover la importación y exportación. Ya son muchos los países que están construyendo nuevas carreteras y mejorando las actuales con el objetivo de mejorar el flujo de movimientos y apostar por una buena comunicación por carretera.
Un estudio publicado por la empresa Global Industry Analysts Inc. prevé que las autopistas inteligentes alcanzarán los 75.300 millones de dólares en el año 2026. Estiman un crecimiento del 15,9% sobre el período analizado. La movilidad evoluciona a pasos agigantados haciendo uso de la tecnología para lograr una mayor eficiencia en las carreteras.
Las autopistas inteligentes, una forma de conectar con los vehículos
El principal objetivo de las autopistas inteligentes es apostar por una movilidad segura tanto para los conductores, como para los acompañantes que se encuentran en el vehículo. Este tipo de infraestructura se caracteriza por hacer uso de Internet de las cosas (IoT); sensores que proporcionan acceso inalámbrico a los vehículos que circulan por esas carreteras; sistemas de transporte inteligentes; y, por supuesto, la capacidad para recopilar información en tiempo real. De esta forma, los usuarios de la vía podrán estar informados acerca de las condiciones de tráfico y meteorológicas, así como la disponibilidad de estacionamiento.
Cada vez más cerca de una movilidad eficiente y segura
La innovación en el sector automovilístico es un hecho que, además de repercutir en el desarrollo de vehículos nuevos, lo hace también en las infraestructuras de transporte. La tecnología 5G es el elemento clave del proyecto para el desarrollo de autopistas inteligentes. Con esta funcionalidad se impulsa la conectividad entre las carreteras y los conductores para evitar imprevistos a lo largo del trayecto y, del mismo modo, apostar por la conducción autónoma.
Las autopistas inteligentes persiguen cuatro objetivos fundamentales:
- Controlar el tráfico en las carreteras.
- Mejorar la seguridad vial gracias a la cooperación entre los usuarios de las vías.
- Gestionar la movilidad en casos de acciones puntuales con infraestructuras auxiliares.
- Conocer en todo momento el estado de la infraestructura para evitar cualquier tipo de accidente.