El objetivo es crear baterías de iones de litio que serán beneficiosas también para los vehículos eléctricos
La agencia espacial estadounidense (NASA) ha desarrollado una batería de estado sólido de alto rendimiento, que a diferencia de las de iones de litio no contiene ningún tipo de líquido, es más ligera y más segura, eliminando las emisiones de carbono y la contaminación acústica. Esta nueva batería ha sido desarrollada por el equipo SABERS (siglas en inglés de baterías de arquitectura de estado sólido para una recargabilidad y seguridad mejoradas) y al tener más energía puede funcionar en entornos más estresantes.
Batería segura para la aviación eléctrica
La NASA ha puesto el foco de su trabajo en la operación segura de aeronaves. Teniendo conciencia sobre la necesidad de proteger el medioambiente, esta batería podría cambiar el rumbo de las emisiones CO2 producidas en la aviación. Según estudios realizados, actualmente este sector emite unos 900 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.
Uno de sus principales valores es la posibilidad de almacenar suficiente energía para alimentar una aeronave sin perder ligereza. Esto es posible ya que la descarga de esta energía se hace a la velocidad exacta para poder abastecer los motores.
El proyecto SABERS ofrece resultados prometedores, porque esta batería de estado sólido ha logrado una densidad de energía de 500Wh/kg; el doble de la mejor batería que se utiliza hoy en día en los vehículos eléctricos. Esta es una de las principales características, porque la aviación tiene estándares de seguridad más altos que la industria del automóvil.
“Este diseño no solo elimina del 30 al 40% del peso de la batería, sino que permite duplicar o triplicar la energía almacenada”, afirma el investigador principal del proyecto SABERS, Rocco Viggiano
Los vehículos eléctricos acabarán beneficiándose
Pese a ser una avance actualmente notorio en el sector de la aviación, con el tiempo será beneficioso también para los vehículos eléctricos. Esto es así porque los automóviles también buscan baterías más rápidas y seguras. Al implementar este tipo de baterías de sólido dotarán al vehículo de más capacidad para lograr mayores autonomías y tiempos de recarga, dos de los problemas actuales.
Como resultado a esta investigación entre la NASA y la Universidad de Purdue, el problema del tiempo de carga se resolvería con un cable de carga que cuenta con un refrigerante líquido dieléctrico. De esta forma se captura el calor generado por el conductor de corriente, eliminando de esta manera hasta 24,22 kilovatios de calor. Gracias a esto, admite hasta 2.400 amperios de corriente, lo que permitiría recargar un coche en solo cinco minutos.