Entre las medidas destacadas del plan, se incluye la revisión de la prohibición de motores de combustión interna prevista para 2035.
El Grupo del Partido Popular Europeo (PPE) ha presentado un ambicioso plan para reforzar la competitividad de la industria automovilística europea, destacando su papel crucial como motor de empleo, innovación y desarrollo económico. El sector genera más de 13,8 millones de empleos de calidad en toda la cadena de valor y contribuye con un 7% al PIB de la Unión Europea, siendo fundamental para la prosperidad de los Estados miembros desde hace más de 150 años.
El PPE alerta de la presión sin precedentes que afronta la industria, con retos internos y externos que amenazan su competitividad. Entre ellos, destaca la competencia desleal de fabricantes chinos subvencionados, los elevados costes energéticos, la caída de la demanda, y un marco regulatorio excesivamente complejo. A esto se suma la necesidad de cumplir con los ambiciosos objetivos climáticos y medioambientales de la UE, así como de adaptarse a la transformación digital y tecnológica.
El eurodiputado Raúl de la Hoz, portavoz adjunto del PP y uno de los impulsores de este plan, señaló que es esencial garantizar “unas condiciones de igualdad que permitan competir a las mejores tecnologías, sin sesgos regulatorios que limiten la capacidad de innovación del sector”. Para ello, el PPE aboga por restablecer la neutralidad tecnológica como principio rector, permitiendo la coexistencia de tecnologías como combustibles alternativos, híbridos enchufables y vehículos eléctricos, entre otras.
Entre las medidas destacadas del plan, se incluye la revisión de la prohibición de motores de combustión interna prevista para 2035, con el objetivo de incorporar combustibles sintéticos y biocombustibles como alternativas viables en la transición hacia la descarbonización. Además, se propone acelerar el despliegue de infraestructuras de recarga y repostaje en toda Europa, simplificando los procesos administrativos y fomentando la inversión público-privada.
El PPE también subraya la necesidad de diversificar las cadenas de suministro de materias primas críticas, reduciendo la dependencia de países como China y promoviendo acuerdos comerciales con regiones estratégicas. En paralelo, se plantea aumentar la inversión en investigación y desarrollo (I+D) para impulsar tecnologías clave como la inteligencia artificial, la conducción autónoma y los combustibles alternativos.
Asimismo, el plan incluye medidas para simplificar el marco regulatorio europeo, eliminando barreras normativas obsoletas y reduciendo las cargas administrativas para fomentar la innovación y el crecimiento en el sector.
En este contexto, el PPE respalda la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea de abrir un Diálogo Estratégico sobre el Futuro del Sector del Automóvil, involucrando a todos los actores relevantes para diseñar una estrategia holística que garantice la competitividad global de la industria y el cumplimiento de los objetivos climáticos de la UE para 2050.
El plan presentado por el PPE encuentra un paralelismo claro con el documento “Mirando a Europa”, impulsado por Faconauto en el marco de las últimas elecciones al Parlamento Europeo. Este informe, elaborado por la patronal de los concesionarios, subrayaba la necesidad de conciliar la transición ecológica con el mantenimiento de la competitividad del sector automovilístico, aspectos que también están en el núcleo de las propuestas del PPE.
El Grupo PPE reafirma su compromiso con la industria automovilística europea, considerada un pilar estratégico de la economía comunitaria, y confía en que estas medidas contribuyan a preservar los millones de empleos que genera el sector, fortalecer su resiliencia ante los retos globales y consolidar su liderazgo en la transición hacia una movilidad sostenible.