Los talleres cambian más de 70 piezas al año de VE, entre las cuales de 15 a 40 no son específicas para este tipo de vehículos.
La proporción de vehículos eléctricos en el parque automovilístico europeo es escasamente superior al 1 %. Esta cifra todavía se considera baja y, en consecuencia, los talleres de reparación no están especialmente preocupados en la adopción de esta nueva tecnología. De hecho, según una reciente encuesta realizada por Automotive Aftermarket de Bosch, y recogida por el diario ABC, cuatro de cada diez talleres muestran un nivel de desconocimiento en relación con los VE. En otras palabras, el 40 % de los talleres que han tenido la ocasión de trabajar con VE afirman que han optado por enviarlos de vuelta al fabricante o a un tercero para su reparación.
El estudio revela que el 25 % de los talleres europeos no ven como prioridad el tratamiento de los VE y, por ende, no planea incorporar este tipo de servicio, a pesar de que la mayoría de ellos se encuentran en los grandes núcleos urbanos, más preparados para albergar este tipo de tecnología. Sin embargo, al indagar en las razones que se esconden tras esta escasez de interés, seis de cada diez talleres alegan “necesitar formación específica para llevar a cabo la reparación de VE”.
LA MAYORÍA DE LAS REPARACIONES SON ESTÁNDAR
Asimismo, el informe subraya que el 93 % de las reparaciones que deberán hacer frente los talleres que trabajen con VE son estándar, como aquellas relacionadas con la iluminación o las escobillas del limpiaparabrisas, lo que las hace accesible para todos los profesionales. A su vez, destaca que, de media, los talleres cambian más de 70 piezas al año de VE, entre las cuales de 15 a 40 no son específicas para este tipo de vehículos. De hecho, el estudio explica que las piezas que sí son específicas para los eléctricos, como el punto de recarga, el controlador inverso, el motor o las baterías, se reemplazan en menos de cinco ocasiones al año.
Este nuevo desafío plantea varias cuestiones que se han de tener en cuenta. Una de ellas, es el control de la temperatura de los VE, puesto que los sistemas eléctricos usualmente necesitan enfriarse para un funcionamiento óptimo, así como calentarse cuando la temperatura exterior es extremadamente fría. Por otro lado, es crucial la accesibilidad al soporte técnico y a la información de este tipo de tecnología.