El país asiático estudia la posibilidad de crear acuerdos con Europa para hacer frente a la nueva Ley de Reducción de la Inflación aprobada por el senado estadounidense
Corea del Sur está estudiando la viabilidad de negociar con la Unión Europea para, través de las asociaciones de la industria del automóvil, hacer esfuerzos conjuntos a la aprobación de la ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos.
Esta nueva norma que se aprobó a mediados de agosto ofrece ayudas a los estadounidenses para la compra de vehículos eléctricos fabricados en EEUU. Para acceder a estas subvenciones los coches deben ser 100% americanos; y a partir de 2023 aquellos con baterías con componentes chinos no podrán acogerse a las ayudas. Además, estos vehículos no podrán superar los 55.000 dólares en el caso de los turismos y 80.000 dólares en las furgonetas.
El Ministerio de Comercio, Industria y Energía de Corea del Sur; y la industria de la automoción del país están barajando opciones como la construcción de plantas de fabricación para adelantar la producción; o la ampliación de inversiones en minería y la diversificación de las materias primeras en los países con acuerdo de libre comercio con EEUU.
Quejas de los fabricantes
Las marcas estadounidenses, unidad es la Alianza para la Innovación en la Automoción, han mostrado su malestar con los requisitos para las ayudas que se incluyen en esta ley. En concreto con los referentes a las desgravaciones fiscales que impiden que se puedan acoger la mayoría de vehículos de manera inmediata a las ayudas. Comentaron que supone es “una oportunidad perdida” en un momento “crucial” y que peligrará el objetivo de alcanzar hasta un 50% de ventas de vehículos eléctricos en 2030.
Aún así, también consideran esta nueva ley como un proyecto de gran envergadura que ayudará a acelerar la conversión de la base industrial nacional.