En 2021, las ventas de automóviles en China crecieron por primera vez desde el año 2017 con más de 26,2 millones de vehículos matriculados.
En China se inició la pandemia de la COVID-19 y a partir de ahí una crisis económica y de suministros que está lastrando la recuperación del sector del automóvil. Sin embargo, el gran país asiático ha logrado vencer todos los escollos que tenía por delante y ahora se sitúa como el mercado al que todos miran como ejemplo de recuperación. A diferencia del resto de mercados, sus matriculaciones han crecido por primera vez desde 2017 en el último año y se espera que el país alcance los 5 millones de vehículos eléctricos matriculados en 2022.
De acuerdo con los datos de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM), en 2021 se contabilizaron unas ventas totales de 26,28 millones de vehículos, un 3,8% más que el pasado año. A pesar de la crisis de los microchips, se espera que la producción y las ventas sean mejores en 2022.
Tanto es así que incluso el país pronostica una maduración del mercado de vehículos eléctricos. Se espera que China vea un impulso de crecimiento continuo en las ventas de vehículos de nueva energía superando, probablemente, los cinco millones de unidades matriculadas en solo un año.
La Administración china, ante estas previsiones, recortará los subsidios a los vehículos electrificados en un 30% en 2022 y los retirará por completo a fin de año. Se considera, así, que el mercado ha madurado lo suficiente en términos de demanda para crecer sin la ayuda del Gobierno.
Aún así, todavía quedan retos por afrontar como una mayor infraestructura de recarga. Los últimos datos del Ministerio mostraron que el pasado año, China instaló 14.000 estaciones de carga, un 90% más que en 2020.
Cómo lo ha hecho y las diferencias con Europa
Gran parte de la culpa de la recuperación del mercado del automóvil en China la tienen los descuentos y promociones lanzados desde los concesionarios. Además de estos incentivos, el Gobierno chino impulsó medidas y subvenciones para recuperar cuanto antes la demanda y relanzar el sector.
Su apuesta por la electrificación ha sido mucho más elevada que en muchas zonas europeas con grandes inversiones realizadas desde el poder gubernamental. Además, en China se ha logrado democratizar el precio de los coches eléctricos, siendo un producto con mayor accesibilidad a la ciudadanía.
Cabe destacar que mientras que en China los precios han caído en un 47% desde 2011, en Europa han aumentado un 38% en el mismo periodo de tiempo. Esto ha supuesto que los consumidores asiáticos puedan adquirir un vehículo eléctrico nuevo por tan solo 3.700 euros, mientras que los precios europeos rondan los 36.000 euros.