Esta cifra supone un aumento significativo de 20 puntos porcentuales en comparación con 2019, el año previo a la pandemia.
Los intentos de la UE y EE.UU. por contrarrestar la influencia de China en el ámbito de los vehículos eléctricos no han tenido éxito hasta el momento. La posición dominante del país asiático en este sector no solo se mantiene, sino que se fortalece gracias a su robusto mercado interno y su expansión a otras regiones, especialmente en Europa.
Un estudio realizado por Natixis CIB, y recogido por Cinco Días, revela que China ahora representa el 41 % de las exportaciones globales de automóviles eléctricos, un aumento significativo de 20 puntos porcentuales en comparación con 2019, el año previo a la pandemia.
Este aumento no se atribuye únicamente a las empresas chinas, sino también a las compañías de automoción europeas y estadounidenses que producen vehículos en China. Las ventas de las marcas asiáticas abarcan el 52 % de las matriculaciones globales de vehículos enchufables (que incluyen eléctricos e híbridos enchufables), con un total de siete millones de unidades. Aunque las marcas europeas están por debajo, con apenas tres millones de coches, superan a las estadounidenses que alcanzan ligeramente los dos millones, según el estudio mencionado.
CADENA DE SUMINISTRO
Si bien China ya ostenta una clara superioridad en el mercado de VE, esta ventaja se acentúa aún más en la cadena de suministro de baterías. Durante los primeros nueve meses de 2023, las empresas chinas produjeron el 63 % de las baterías para automóviles eléctricos a nivel mundial. Destaca en este estudio la rápida expansión de China en el mercado de baterías, ya que su cuota de mercado en 2020 era del 35 %, lo que significa que en apenas tres años ha casi duplicado su presencia en el sector.
Este panorama se presenta en un momento en el que Europa busca atraer proyectos de producción de baterías. Sin embargo, la realidad es compleja, y un ejemplo claro es la situación del arancel cruzado a los coches eléctricos entre el Reino Unido y Europa. Ambas partes acordaron en el Brexit imponer un arancel del 10 % a partir de 2024 a los vehículos eléctricos vendidos entre ambas regiones, siempre que el 45 % del coste no provenga de la Unión Europea o el Reino Unido.
No obstante, la Comisión Europea ha dado marcha atrás debido a las dificultades que enfrentan los fabricantes europeos para cumplir con este requisito, ya que aproximadamente la mitad del costo de un vehículo eléctrico corresponde a la batería, y gran parte de estas son de origen chino o asiático. La propuesta de Bruselas es posponer este requisito hasta 2027. “La cadena de valor de baterías en Europa no está lista para el plazo establecido. Se necesita más tiempo. Retrasarlo es una decisión pragmática que simplemente reconoce un hecho“, comentó recientemente Luca de Meo, director ejecutivo de Renault.