Los distribuidores de automóviles que han firmado la carta piden al presidente que ralentice sus esfuerzos en este sentido.
Alrededor de 4.000 concesionarios de automóviles estadounidenses han trasladado su preocupación al presidente Joe Biden en torno a sus propuestas de regulaciones federales para las ventas de vehículos eléctricos (VE). Sobre ellas alegan que “exigen un cambio poco realista acerca de la transición a coches propulsados por baterías”.
Así, los firmantes de la carta instan a Biden desacelerar sus esfuerzos en este sentido. En la misiva, se hace referencia a una propuesta de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), la cual fomentaba un despliegue demasiado frenético de la electromovilidad, situando las ventas de los VE en un 60 % para 2030, y aumentando dicho porcentaje a un 67 % en 20232.
“Estos vehículos son ideales para muchas personas y creemos que su atractivo aumentará con el tiempo”, subraya la carta. Sin embargo, expresan su preocupación sobre que la demanda actual de VE no esté a la altura de la gran cantidad de vehículos que llegan a sus instalaciones -impulsados por las regulaciones actuales-. De este modo, expresan que “los vehículos eléctricos están acumulándose en sus lotes”.
GRANDES INVERSIONES
La Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles sostiene que sus miembros están haciendo todo lo posible para prepararse para la transición a los vehículos eléctricos, invirtiendo más de 6.000 M$ en formación y equipo. A pesar de esto, argumentan que la idea de que los concesionarios respalden la totalidad de la transición es un tanto optimista, considerando la situación actual tan desajustada que existe entre la demanda y la oferta de vehículos eléctricos.
A su vez, ponen de manifiesto que el problema no radica en la falta de demanda de estos vehículos, sino en la evolución del perfil del comprador promedio de automóviles. La transición ha pasado de un grupo demográfico inicial muy reducido de usuarios ricos a usuarios promedio, quienes optarían por cambiar su automóvil convencional por uno eléctrico. La industria del automóvil, según argumentan, “ha estado orientada hacia los primeros usuarios ricos durante mucho tiempo y necesita tiempo para adaptarse a la nueva dinámica del mercado”.