Mejor imagen de marca o facilidad para acceder a subvenciones son algunas de las ventajas que incluyen las compañías responsables con el medio ambiente.
El sexto Informe de Evaluación del IPCC de Naciones Unidas destaca que “todos los científicos coinciden en observar que el clima está cambiando en todos los rincones del planeta a una escala sin precedentes. Algunos de esos cambios serán irreversibles por miles y cientos de miles de años. Solo una acción enérgica y duradera en la reducción de gases de efecto invernadero puede limitar su alcance” en un documento en el que están presentes las nuevas investigaciones sobre el cambio climático global, del que cuentan con datos desde el año 2013.
En el informe se publica que las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades humanas son responsables de un calentamiento del planeta en un 1,1 ºC desde el periodo de 1850-1900 hasta nuestros días. Aunque apuntan que todavía es más preocupante que la temperatura global alcance o supere los 1,5 ºC o más de calentamiento en los próximos 20 años.
Las ventajas para las empresas
La gestión eficiente de los recursos naturales es lo que se conoce como sostenibilidad ambiental, para que continúe su preservación para las necesidades futuras. Entre los factores con los que puede ayudar la humanidad se encuentra el ahorro de energía, el ahorro de agua, la no utilización de combustibles fósiles o la reducción de residuos.
Las empresas que cuentan con medidas de sostenibilidad ambiental cuentan con una imagen de marca y prestigio mayor, además de que evitan incurrir en delitos, sanciones, multas o demandas; al mismo tiempo que acceden en una mejor posición a posibles subvenciones y recursos financieros.
Tomás Arévalo Fernández, doctor en Ciencias Químicas y especialista en Gestión de Riesgos Ambientales asegura que: “Desde los años setenta del pasado siglo, en los que se preconizaba el principio de ‘el que contamina paga’ hasta hoy, ese principio se ha quedado obsoleto. En España surge una nueva normativa, la Ley 26/2007 de Responsabilidad Ambiental, cuyo nuevo principio fundamental es ‘el que contamina paga y, además, remedia”.
Las empresas cuentan con herramientas preventivas que les facilitan cumplir con los requerimientos de la ley. Son mecanismos de evaluación cuantitativa de los riesgos ambientales, determinando la probabilidad de contaminar en función de los factores como la manipulación humana o el mantenimiento y valorando la gravedad en términos de impacto económico y social.