Los coches nuevos nunca han sido tan seguros. Pero no todos los compradores saben lo que llevan. La seguridad activa se convierte en ventaja competitiva… si se comunica bien.
Los coches que se matriculan hoy en Europa incorporan, de media, más tecnología de seguridad que en ningún otro momento de la historia. Y sin embargo, no todos esos avances llegan al conductor de forma clara. Muchos de los sistemas que podrían evitar accidentes siguen sin ser bien conocidos, ni comprendidos, ni siquiera mencionados durante el proceso de compra.
Un reciente análisis de Intertraffic —la mayor red europea de innovación en movilidad— titulado Advances in vehicle safety systems explora este fenómeno con datos precisos y advertencias claras: “Los coches son más inteligentes, pero no todos los usuarios lo saben. Y eso limita el potencial de los sistemas de seguridad activa”.
Coches más inteligentes, pero comunicación deficiente
Los ADAS (sistemas avanzados de asistencia a la conducción) son ya estándar en buena parte de los modelos nuevos. Desde el control de crucero adaptativo hasta la frenada autónoma de emergencia, pasando por el aviso de cambio involuntario de carril o el detector de fatiga, estos elementos han demostrado reducir significativamente la siniestralidad.
Sin embargo, el informe señala una barrera cultural:
Muchos compradores no saben que su coche incorpora estos sistemas o no entienden su funcionamiento. Algunos incluso los desactivan por desconocimiento”.
¿La consecuencia? Que la tecnología que salva vidas se infrautiliza. Y que las marcas o concesionarios que mejor explican estos avances pueden diferenciarse por seguridad, no solo por precio.
El concesionario como “prescriptor de seguridad”
El papel de los concesionarios en esta transformación es crítico. En el momento de la entrega, el cliente no solo recibe un vehículo: recibe un nuevo nivel de responsabilidad y capacidad tecnológica que debe ser comprendido. Cada sistema no explicado es una oportunidad perdida.
En lugar de hablar solo de pantallas, conectividad o acabados, la venta de un coche moderno debería incorporar un relato de seguridad completo. ¿Qué sistemas lleva el coche? ¿Cómo funcionan? ¿Qué pueden evitar? ¿Cómo pueden activarse o calibrarse?
Además, hay que atender a una realidad del mercado: muchos compradores de vehículos de ocasión están adquiriendo coches equipados con tecnologías que no saben usar. El vehículo es seguro, pero su uso no lo es tanto.
Lo que falta: estandarización, formación y transparencia
El informe de Intertraffic apunta que uno de los grandes desafíos en esta materia es la falta de estandarización en la interfaz de usuario: iconos diferentes, sonidos distintos, menús escondidos… que hacen que cada marca —y a veces cada modelo— tenga su “idioma” propio. Eso complica el uso intuitivo y hace necesario un papel activo del comercial y el asesor posventa.
Por ello, más allá de mejorar el equipamiento, el concesionario puede ser un punto neurálgico de formación y pedagogía vial. No se trata solo de vender coches con más seguridad, sino de garantizar que la seguridad incorporada se use bien.
Sobre Faconauto Seguridad Vial
Este contenido forma parte de Faconauto Seguridad Vial, una iniciativa impulsada con el compromiso de reforzar la cultura de la prevención, la innovación y la protección de la vida en carretera. Un proyecto posible gracias al apoyo de MAPFRE, socio estratégico de Faconauto en esta línea de trabajo, que comparte el propósito de avanzar hacia una movilidad más segura, sostenible y conectada.
