La Agencia Internacional de la Energía prevé que los eléctricos supongan un tercio del mercado mundial en solo cinco años, con China, Europa y EE. UU. absorbiendo el 90 % de la demanda
El mercado mundial del automóvil experimentó en 2023 un punto de inflexión en la transición hacia la movilidad eléctrica. Según el informe Global EV Outlook 2025, publicado por la Agencia Internacional de la Energía (IEA) en junio de este año, las ventas globales de vehículos eléctricos alcanzaron los 14 millones de unidades durante el pasado ejercicio, lo que representó un incremento del 35 % respecto a 2022 y casi el doble que en 2021.
Sin embargo, lo más relevante del informe no fue la fotografía del presente, sino la proyección para los próximos cinco años. La IEA estima que las ventas anuales de eléctricos superarán los 30 millones en 2030, lo que implicaría triplicar los registros de 2023 en apenas siete ejercicios.
Tres escenarios, un mismo destino: electrificación irreversible
La IEA plantea tres posibles trayectorias para la adopción global del vehículo eléctrico:
-
En el escenario STEPS (políticas actuales sin cambios), las ventas anuales alcanzarían 25 millones de unidades en 2030.
-
En el escenario APS (compromisos anunciados por gobiernos), el volumen superaría los 30 millones anuales para ese año.
-
En el escenario Net Zero, alineado con la neutralidad climática en 2050, las ventas deberían alcanzar los 45 millones anuales en 2030.
Incluso en el escenario más conservador, la cuota global de vehículos eléctricos superaría el 30 % de las ventas mundiales en 2030, frente al 18 % registrado en 2023.
China, Europa y EE. UU. absorben la demanda global
El crecimiento proyectado será impulsado por tres grandes regiones:
-
China, que ya lideró el mercado en 2023 con más de 8 millones de VE vendidos, mantendrá su liderazgo global.
-
Europa, con una cuota del 23 % en 2023, verá crecer sus ventas a un ritmo sostenido gracias a la regulación ambiental, el desarrollo de infraestructura y los objetivos del Pacto Verde.
-
Estados Unidos, tras duplicar sus ventas en dos años, consolidará su mercado en torno al 20 % de cuota en 2030.
Entre estos tres polos, se concentrará más del 90 % del crecimiento neto de la demanda de VE.
Implicaciones para el sistema energético y la industria
La expansión proyectada no es solo un hito de mercado: plantea implicaciones estructurales para la cadena de valor del transporte, la industria del automóvil, la red energética y las políticas públicas.
Según la IEA, de cumplirse las previsiones:
-
La demanda global de baterías superará los 3.500 GWh anuales en 2030.
-
Se evitará la quema de más de 12 millones de barriles de petróleo al día en 2035.
-
Las emisiones de CO₂ evitadas por la electrificación superarán los 800 millones de toneladas anuales en 2030.
-
El coste total de propiedad del VE seguirá cayendo, impulsando el mercado de segunda mano y el acceso en países emergentes.
Los retos persisten: red de recarga, materias primas y política fiscal
El informe advierte que este crecimiento no será automático. La infraestructura de recarga, la estabilidad en el suministro de materias primas críticas y la continuidad de incentivos fiscales serán factores decisivos.
En particular, la IEA señala que la inversión en puntos de recarga deberá crecer al menos un 20 % anual para acompañar la curva de electrificación sin generar cuellos de botella. También reclama normativas armonizadas para el etiquetado de emisiones de ciclo de vida y mecanismos de trazabilidad de baterías en la UE.