La revista Forbes ha analizado los riesgos más peligrosos para el sector y asegura que la recuperación total se retrasará hasta 2023, un par de años más tarde de lo esperado.
Tras conocer el ejemplo de China, el resto de la automoción mundial esperaba conseguir también una recuperación en forma de “V” de las ventas de coches. Sin embargo, esta opción parece cada vez más lejana o al menos así lo asegura la revista Forbes. La publicación ha analizado los riesgos que acechan al sector del automóvil y que podrían frenar su recuperación retrasándola hasta, al menos, 2023.
Según datos de Global Data, la industria esperaba que en 2021 se recuperaran los niveles de ventas globales del 2019. Sin embargo, la estimación actual es que no se recuperarán los niveles prepandémicos hasta 2023. “Se proyecta que el mercado regresará al menos a los niveles de 2019 para 2023. Pero persisten riesgos en el camino del sector hacia la recuperación que pueden afectar a la demanda en los próximos años”.
En este contexto, Forbes señala los siguientes retos como vitales para pronosticar cómo cambiará la demanda de la automoción.
La conectividad y la tecnología
Tanto concesionarios como fabricantes tendrán que hacer frente a inversiones masivas para afrontar cambios fundamentales de la industria. Se incluye aquí el rápido desarrollo de automóviles eléctricos, vehículos autónomos, diferentes formas de propiedad o los nuevos servicios de movilidad.
El contexto político y comercial
Además, el contexto geopolítico mundial sigue siendo incierto, según Forbes. Los riesgos de eventos como la decisión del Reino Unido de abandonar la UE y la inminente elección presidencial estadounidense aumentan la incertidumbre.
El fin de los incentivos
Por último, a los economistas también les preocupa que el apoyo económico directo de los gobiernos al sector tenga una duración limitada. Creen que cuando se acabe el dinero, las economías podrían volver a desplomarse y dañar cualquier intento de reactivar las ventas de vehículos.