Los fabricantes que venden automóviles en España han crecido en estos últimos años un 20%. El número de marcas ha pasado del las 50, hasta llegar al punto de alcanzar la cifra de las 60 firmas que seguirán aumentando a la espera de que se sumen Xiaomi, Apple, Sony o el gigante chino BYD.
Los grandes cambios en el mercado automovilístico español no solo tienen relación con la evolución hacia la movilidad eléctrica, sino también con la competencia y la llegada de nuevas marcas. Según Sumauto, que integra los portales de Autoscout24 y Autocasión, hay un total de 13 fabricantes que hace 5 años no comercializaban ningún modelo, dejando un balance positivo de 10. De hecho, en tan solo cinco años, el número de firmas de coches en nuestro país ha aumentado un 20% desde el año 2017 por el auge de los coches eléctricos Además, las marcas que siguen llegando a España son, por ahora, una pequeña parte de las nuevas firmas que están surgiendo especialmente en China y Estados Unidos.
Por su parte, algunos expertos afirman que un centenar de las nuevas marcas que han aparecido en todo el mundo ha sido gracias a la electrificación y atendiendo a las previsiones de Sumauto, se estima un crecimiento del 29% de las matriculaciones de estas nuevas firmas durante el año 2022 con una amplia oferta de vehículos eléctricos, alcanzando las 30.000 unidades vendidas, y que lleguen a 40.000 unidades en 2023, como Maxus, Polestar, Zhidou o Aiways.
Entre las marcas que aún quedan por aterrizar en España, se espera que lleguen algunas de las enseñas que más vehículos eléctricos venden en el mundo, como la compañía asiática BYD o la americana Lucid Motor, al mismo tiempo que compañías como Apple, Xiaomi o Sony que entrarán al mercado automovilístico tras su asociación con Honda.
El coche eléctrico simplifica y agiliza el mercado automovilístico
Este crecimiento desmesurado de nuevas marcas de automóviles, se debe a la gran oportunidad que supone que la complejidad técnica del desarrollo del coche eléctrico es mucho más baja que la que tiene un vehículo de combustión. Además, el hecho de que el coste de las baterías esté en continuo descenso, permite una producción rentable de nuevos vehículos, que unido a la prohibición por parte de Bruselas de vender coches de combustión a partir de 2035, sitúa este gran desembarco eléctrico en el momento idóneo.
