El director financiero de BMW ha alertado sobre los peligros que pueden aparecer para el comercio transfronterizo si se produce una salida sin acuerdo.
La fecha límite para alcanzar un acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea se aproxima. El 31 de diciembre está cada vez más cerca y el automóvil europeo muestra su preocupación. Una salida sin acuerdo traería fuertes consecuencias para el sector. De hecho, se calcula que un Brexit duro provocaría unas pérdidas de hasta 13.000 millones de dólares.
El director financiero de BMW ha dado esta cifra ante la falta de noticias sobre el acuerdo. Ha resaltado que la compañía ha realizado grandes esfuerzos para prepararse para esta salida y que se necesita la colaboración de todos. “Necesitamos un comercio libre de aranceles. Debe haber transparencia. El procesamiento administrativo en la aduana debe ser eficiente”, explica el directivo.
Además, también ha mostrado preocupación sobre si Reino Unido seguirá, o no, la normativa sobre emisiones dictada por la Unión Europea. Según explica el representante de la marca, el Reino Unido debería seguir el ritmo de los requisitos de emisiones de la UE para que los fabricantes puedan ofrecer los mismos coches en todos los mercados europeos.
Todos estos retos son los que tiene por delante el sector del automóvil europeo y, en concreto, inglés. Una salida sin acuerdo despertará grandes peligros para el comercio transfronterizo debido a la aparición de aranceles y otras trabas administrativas. Aún queda tiempo para alcanzar el acuerdo entre el organismo y Gran Bretaña.
Las otras consecuencias del Brexit
Además de estas futuras consecuencias, el Brexit ya ha tenido impacto en el sector del automóvil inglés. De hecho, según ICEX España Exportación e Inversiones, el clima de incertidumbre constante que ha instalado el Brexit en torno al futuro marco comercial con la Unión Europea ya ha pasado factura al sector. 2018 fue un año nefasto para la inversión reduciéndose respecto al año anterior en un 46,5%, hasta los 588 millones de libras.
Esta desaceleración en la inversión ha afectado de alguna manera, según el estudio, a los retos globales más inminentes que se han de afrontar. Indican que de aquí a unos años, el sector tendrá que llevar a cabo la cuarta revolución industrial que tendrá que ver, especialmente, con la Inteligencia Artificial y el Big Data.