En concreto, un 18% de los encuestados compraría un vehículo eléctrico de batería, y un 20% adquiriría un vehículo híbrido enchufable.
Según una de las principales conclusiones de la encuesta de movilidad ‘McKinsey Mobility Consumer Pulse 2024’, el 38% de los usuarios de vehículos que no tienen un automóvil eléctrico están pensando en comprar uno electrificado (eléctrico o híbrido enchufable) el próximo año.
El estudio, en el que participaron más de 30,000 personas en 15 países, incluyendo Estados Unidos, Alemania, Brasil, Italia, China y Corea del Sur, revela que un 18% de los encuestados compraría un vehículo eléctrico de batería (BEV), y un 20% adquiriría un vehículo híbrido enchufable (PHEV).
Por otro lado, un 17% respondió que repetiría con un vehículo de combustión nuevo, y otro 14% afirmó que preferiría comprar uno usado. Además, un 10% indicó que antes de pasarse a un vehículo eléctrico, repetiría una vez más con uno de gasolina o diésel, y un 21% contestó que no se pasaría a los vehículos electrificados.
Entre las razones por las que las personas no quieren cambiar a los vehículos eléctricos, la preocupación más citada fue el coste del automóvil (45%), seguida por inquietudes con respecto a la recarga (33%) y la autonomía (29%).
Un dato interesante del estudio es que el interés en los BEV de los encuestados que conducen vehículos del segmento premium/lujo es aproximadamente dos veces mayor que el de aquellos que conducen automóviles de nivel de entrada.
Interés en los coches chinos
El estudio también destaca que, a pesar de la controversia por los aranceles que la Unión Europea quiere imponer a los coches eléctricos importados de China, un 27% de los usuarios europeos encuestados considera probable optar por una marca china de vehículos eléctricos.
Los encuestados jóvenes de países como Italia, Alemania, Noruega y Francia son más propensos a considerar una marca de vehículo eléctrico china en el futuro, un 33% frente al 21% de los compradores mayores. Este interés también es mayor entre los europeos que ya son usuarios de un vehículo eléctrico (31% frente al 23%) y entre los propietarios de automóviles de lujo (33% frente al 25%).
Cambio a otras formas de movilidad
Otro punto destacable del estudio es que el 29% de los encuestados quiere sustituir su coche por otras formas de transporte en el futuro, motivado principalmente por preocupaciones de coste y sostenibilidad.
Los propietarios que desean cambiar a otras formas de transporte citaron razones como el elevado coste de tener un coche (30%), el deseo de vivir un estilo de vida más sostenible (29%), el teletrabajo (24%), la obsolescencia del coche (23%) y la futura disponibilidad de movilidad compartida a gran escala (17%). También mencionaron la seguridad al volante (15%), el transporte privado (11%), el no querer conducir (10%) y las nuevas normativas en las ciudades (8%).
El estudio concluye que, en los próximos 10 años, los usuarios preferirán modelos flexibles donde solo paguen por los viajes que realicen con un vehículo privado, en lugar de tener un automóvil en propiedad, con un 65% de los usuarios apoyando esta idea. Este planteamiento es especialmente popular entre los usuarios jóvenes (46%), quienes tienen un vehículo eléctrico (38%) y los que viven en zonas urbanas (50%).