El CEO de BMW ha dado una imagen más sombría sobre la escasez de chips que afecta al sector respecto a las estimaciones dadas anteriormente.
Si bien a inicios de año las principales investigaciones apuntaban a que la crisis de los microchips podían acompañar al sector hasta finales de 2022, las predicciones podrían ser ahora distintas. Según ha declarado el CEO de BMW, Oliver Zipse, a un diario suizo, la crisis de los semiconductores se alargará hasta 2023. ¿Por qué? Estos han sido los motivos que ha dado.
Según Zipse, “todavía estamos en un punto álgido de la escasez de chips”. El mandatario ha indicado en la entrevista que las mejoras de la situación podrían retrasarse hasta el próximo año. Y aún así, habló de que en 2023 todavía habría que lidiar con algo de “escasez”.
Otros directivos del sector tampoco son del todo optimistas. Arno Antlitz, director financiero del rival alemán Volkswagen, indicó el pasado 9 de abril que no creía que la oferta fuera capaz de satisfacer la demanda hasta 2024.
En el diario alemán Börsen-Zeitung explicó que a pesar de que los cuellos de botella probablemente comiencen a disminuir a finales de este año y la producción vuelva a los niveles de 2019 en 2023, aún no sería suficiente para hacer frente a la mayor demanda de semiconductores.
Medidas contra la escasez
Para mejorar estas previsiones los organismos internacionales están emprendiendo diferentes medidas. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció hace unas semanas la puesta en marcha del PERTE de microchips y semiconductores para paliar la crisis en el sector automovilístico. Con motivo de la participación en la II edición del foro ‘Wake Up Spain’ ha señalado que “los semiconductores son un elemento básico de todos los sectores” y estas ayudas están destinadas a impulsar el avance tecnológico en España. Ya son nueve los PERTE que aprueba el Gobierno, el primero de ellos estaba destinado a promocionar el coche eléctrico y conectado.
El conflicto en Ucrania ha empeorado la crisis en el sector de la automoción. Afectando, así, a los concesionarios que parecía que poco a poco iban mejorando su situación. Pero el principal problema de esta falta de stock es que existen pocas empresas que se dediquen a fabricar los microchips y semiconductores. Además, las que ya existen están centralizadas en Asia. Lo que hace complicada su distribución. Se destinará una inversión pública de 11.000 millones de euros en el PERTE de microchips y semiconductores para hacer frente a la falta de stock.
